top of page

SEÑALES DE AUTISMO EN
MUJERES ADULTAS

En ocasiones, resulta más complicado reconocer las señales de alerta y los signos clínicos del trastorno del espectro autista en niñas y mujeres, ya que existen manifestaciones específicas para este grupo. Por lo general, las niñas y mujeres tienden a mostrar mayores habilidades sociales y lingüísticas, así como una mayor capacidad de adaptación o enmascaramiento social.

En comparación con los hombres, las niñas y mujeres tienden a manifestar menos conductas estereotipadas y dificultades conductuales, y además, estas características son menos visibles u observables. Los intereses restringidos de las niñas y mujeres con trastorno del espectro autista suelen ser funcionales y acordes a los de su edad.

Mujer autista escuchando música con audifonos

Las niñas y mujeres con trastorno del espectro del autismo reciben el diagnóstico más tarde que los niños y los hombres, y están identificadas en una menor proporción. Además con frecuencia reciben diagnósticos erróneos relacionados con diversas condiciones que afectan a la salud mental, y prescripciones psicofarmacológicas inadecuadas a causa de una interpretación errónea de sus síntomas. El error y la demora diagnóstica hacen que las niñas y mujeres no reciben la comprensión, las adaptaciones ni los apoyos que necesitan. Esto aumenta su vulnerabilidad y el riesgo de sufrir experiencias de rechazo, crítica o culpa que inciden en una baja autoestima, en un incremento del malestar emocional y en una mayor probabilidad de desarrollar trastornos de salud mental concurrentes.

Las señales de alerta y los signos clínicos del trastorno del espectro autista en niñas y mujeres son complejos de reconocer, pero existen manifestaciones a las que hay que prestar especial atención:

  • Escasa iniciativa social o espontaneidad en la comunicación.

  •  Conductas de búsqueda sensorial o autoestimulación inusuales.

  • Umbrales de dolor distintos a sus iguales (ej. que no se quejan cuando se lastiman o se quejan en exceso).

  • Búsqueda de lugares tranquilos, silenciosos y aislados en situaciones sociales o en los momentos libres.

  • Imitación de sus iguales de forma mecánica y poco espontánea. Crisis de angustia, llantos o rabietas de forma sostenida ante situaciones que tal vez resultan inexplicables o exageradas

  • Juego con muñecos, personajes, u objetos simbólicos (ej. jugar a cocinar o al té), pero dedicando la mayor parte del tiempo a organizar los objetos y preparar la escena, sin jugar de forma imaginativa.

  • Apariencia de integración en el grupo de iguales por estar físicamente próximas, pero sin participar activamente en él.

  • Relaciones sociales de aparente normalidad, pero dificultades para intimar o mostrar complicidad social.

  • Desinhibición o conductas inapropiadas hacia desconocidos, como contar secretos o hacer preguntas que trasciendan la intimidad de los demás.

  • Amistades exclusivas y excluyentes u obsesiones con otras niñas/niños y adultos de la escuela.

  • Excesiva complacencia o falta de comprensión de las bromas de sus pares, o recepción de burlas por parte de otras niñas.

Una intervención oportuna es esencial para ayudar a desarrollar nuevas estrategias y habilidades para mejorar la calidad de vida.

bottom of page