Diferencias de diagnóstico entre hombres y mujeres: una mirada profunda
- Jesus Gomez Frye
- 12 abr 2024
- 4 Min. de lectura

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a individuos de todas las edades, géneros y grupos étnicos. Sin embargo, las disparidades en el diagnóstico entre hombres y mujeres han sido objeto de creciente atención e investigación en los últimos años. Mientras que los hombres son diagnosticados con autismo a una tasa mucho mayor que las mujeres, existe evidencia sustancial que sugiere que las mujeres a menudo son diagnosticadas más tarde en la vida, si es que lo son. Este fenómeno plantea preguntas importantes sobre por qué estas diferencias existen y cómo las características del autismo pueden manifestarse de manera diferente en las mujeres.

Factores Sociales y Culturales
Los roles de género y las expectativas sociales pueden influir significativamente en el proceso de diagnóstico del autismo. Se ha demostrado que los profesionales de la salud tienden a diagnosticar el autismo en base a los síntomas más típicos en los hombres, como los comportamientos repetitivos y los intereses restringidos, lo que puede llevar a subdiagnosticar a las mujeres que presentan síntomas diferentes o más sutiles. Además, las mujeres autistas pueden aprender a camuflar sus dificultades sociales y de comunicación, lo que dificulta aún más el reconocimiento del trastorno.
Diferencias en las Manifestaciones del Autismo
Las diferencias en cómo se manifiesta el autismo entre hombres y mujeres son fundamentales para comprender las disparidades en el diagnóstico. Tradicionalmente, los criterios diagnósticos del autismo se han basado en estudios realizados predominantemente en poblaciones masculinas, lo que puede llevar a pasar por alto o subestimar los síntomas presentes en mujeres autistas.
Habilidades Sociales Superficiales
Las mujeres autistas suelen mostrar una mayor habilidad para imitar y adoptar comportamientos sociales aprendidos, lo que puede hacer que parezcan más "normales" en situaciones sociales. Por ejemplo, pueden aprender a mantener el contacto visual o a imitar expresiones faciales, lo que oculta sus dificultades subyacentes en la comunicación no verbal. Esto puede confundir a los profesionales de la salud y dificultar el reconocimiento del autismo en las mujeres.
Camuflaje Social y Conformidad Social
Las mujeres autistas a menudo desarrollan estrategias de camuflaje social para adaptarse al entorno social. Pueden aprender a imitar comportamientos sociales aceptados y a "encajar" en situaciones sociales, aunque internamente sigan luchando con la comprensión de las interacciones sociales y las señales sociales sutiles. Este camuflaje social puede retrasar el diagnóstico, ya que los síntomas del autismo pueden pasar desapercibidos o ser malinterpretados como timidez o ansiedad social.
Intereses y Obsesiones
Las mujeres autistas a menudo tienen intereses y obsesiones diferentes a las de los hombres autistas. Mientras que los hombres autistas tienden a tener intereses más centrados en objetos o sistemas, como trenes o mecánica, las mujeres autistas pueden tener obsesiones más sociales o relacionadas con personas, como series de televisión, celebridades o personajes de ficción. Estos intereses pueden no encajar con los estereotipos tradicionales del autismo, lo que puede dificultar aún más el reconocimiento del trastorno en las mujeres.
Sensibilidades Sensoriales
Las sensibilidades sensoriales en las mujeres autistas pueden manifestarse de manera diferente a las de los hombres autistas. Mientras que algunos hombres autistas pueden tener sensibilidades sensoriales extremas y evidentes, como reacciones intensas a ciertos sonidos o texturas, las mujeres autistas pueden tener sensibilidades más sutiles que pasan desapercibidas. Por ejemplo, pueden tener dificultades para filtrar estímulos sensoriales en entornos ruidosos o abarrotados, lo que puede manifestarse como ansiedad o fatiga sensorial.
Diferencias Neurológicas y Genéticas
Investigaciones recientes como el de Lai et al. (2013) encontraron diferencias significativas en la conectividad cerebral entre hombres y mujeres autistas mediante el uso de resonancia magnética funcional (fMRI). Lai et al. concluyeron que "las diferencias en la conectividad cerebral podrían contribuir a las diferencias en la presentación clínica del autismo entre hombres y mujeres" (Lai, 2013). Esto sugiere que las diferencias biológicas entre los cerebros masculinos y femeninos podrían contribuir a las disparidades en el diagnóstico del autismo. Estudios de neuroimagen han encontrado diferencias en la estructura y la conectividad cerebral entre hombres y mujeres autistas, lo que sugiere que los mecanismos subyacentes del autismo podrían ser diferentes en cada grupo. Además, se ha identificado evidencia genética que respalda la idea de que el autismo puede manifestarse de manera diferente en hombres y mujeres debido a factores genéticos específicos del sexo.
Las diferencias de diagnóstico entre hombres y mujeres en el espectro del autismo son el resultado de una interacción compleja de factores sociales, culturales, neurológicos y genéticos. Reconocer estas diferencias es crucial para garantizar que las personas autistas reciban el apoyo y la atención que necesitan desde una edad temprana. Además, es fundamental para los profesionales de la salud y educadores estar informados sobre las manifestaciones únicas del autismo en las mujeres y adoptar enfoques de diagnóstico más sensibles al género. Solo mediante una comprensión completa de estas diferencias podemos garantizar una evaluación y intervención efectivas para todas las personas en el espectro del autismo, independientemente de su género.
Referencias
Sex differences in autism spectrum disorder: evidence from a large sample of children and adolescents" escrito por Dorothea L. Floris, Meng-Chuan Lai, Michael V. Lombardo, y otros colaboradores.
"Sex differences in the brain: Implications for explaining autism" escrito por Meng-Chuan Lai, Simon Baron-Cohen, y Michael V. Lombardo.
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