Autismo y trauma: ¿por qué las personas autistas son más vulnerables al trauma?
- Jesus Gomez Frye
- 22 ago
- 4 Min. de lectura

El trauma no es solo una herida emocional, sino también una experiencia neurobiológica que altera la manera en que la persona percibe y responde al mundo. Aunque cualquier individuo puede atravesar situaciones traumáticas, las investigaciones muestran que las personas autistas presentan una mayor vulnerabilidad al trauma. Esta diferencia no proviene de una debilidad interna, sino de una combinación de factores sociales, sensoriales y neurológicos.
Comprender esta vulnerabilidad es clave no solo para mejorar la atención clínica, sino también para generar entornos más respetuosos y neuroafirmativos que reduzcan la exposición a experiencias traumáticas.
A continuación abordaremos algunas de las explicaciones que nos ayuden a responder porqué las personas autista son más vulnerables al trauma.
Un entorno no adaptado
Las personas autistas suelen enfrentarse a un mundo diseñado para la mayoría neurotípica. Esto implica:
Ambientes con ruidos, luces o estímulos excesivos que pueden resultar abrumadores.
Expectativas sociales rígidas y códigos implícitos difíciles de interpretar.
Escasa comprensión de sus necesidades en la escuela, el trabajo o la familia.

Estudios recientes (Kerns et al., 2022) señalan que esta exposición constante a situaciones de estrés crónico puede tener efectos similares a los de un trauma prolongado. Cuando la persona vive en estado de alerta y sobrecarga sensorial, su sistema nervioso permanece hiperactivado, aumentando la vulnerabilidad psicológica.
Mayor exposición a experiencias adversas
Diversas investigaciones confirman que las personas autistas experimentan con más frecuencia circunstancias traumáticas:
Bullying y acoso escolar: más del 60% de niños y adolescentes autistas han reportado experiencias de acoso (Zablotsky et al., 2014).
Abuso físico o sexual: estudios como el de Bargiela, Steward & Mandy (2016) muestran tasas significativamente más altas en mujeres autistas, muchas veces asociado a diagnósticos tardíos.
Discriminación y exclusión social: la percepción de rechazo constante puede convertirse en un trauma relacional (Botha & Frost, 2020).
Intervenciones invasivas: terapias coercitivas que buscan “corregir” la conducta sin respetar la identidad neurodivergente.

Estas experiencias aumentan el riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático (TEPT) o síntomas asociados, como hipervigilancia, disociación o recuerdos intrusivos.
Factores neurológicos que intensifican la experiencia del trauma
El procesamiento neurológico en el autismo también contribuye a que los eventos dolorosos tengan un impacto más profundo:
Memoria autobiográfica intensa: algunas personas autistas reviven recuerdos con gran vividez, lo que puede potenciar la reexperimentación del trauma (Crane et al., 2010).
Hipersenibilidad emocional y sensorial: lo que para otros es un evento menor puede ser percibido como altamente amenazante (Green & Ben-Sasson, 2010).
Regulación emocional diferente: la alexitimia (dificultad para identificar y expresar emociones) es más común en el autismo y puede intensificar la huella traumática al no poder procesar ni comunicar lo vivido (Kinnaird, Stewart & Tchanturia, 2019).
El enmascaramiento como trauma cotidiano
Muchas personas autistas aprenden a camuflar sus rasgos para ser aceptadas: copiar gestos, forzar contacto visual o suprimir sus intereses. Este esfuerzo sostenido puede generar agotamiento, ansiedad y un sentimiento profundo de desconexión con la propia identidad.
Investigaciones como la de Hull et al. (2017) describen el enmascaramiento como una forma de trauma relacional, pues transmite el mensaje implícito de que “ser uno mismo no es suficiente ni seguro”.
Las personas autistas no son vulnerables al trauma por ser “más débiles”, sino porque la sociedad actual no está diseñada para su manera de percibir y habitar el mundo. La suma de sobrecargas sensoriales, discriminación, enmascaramiento y violencia genera un terreno propicio para el trauma acumulativo.
Validad la identidad autista
La prevención y el acompañamiento requieren un enfoque neuroafirmativo y anticapacitista: crear entornos inclusivos, validar la identidad autista y reconocer que reducir el trauma no significa cambiar a la persona, sino cambiar las condiciones que lo generan.
La verdadera resiliencia surge cuando el entorno deja de exigir adaptación unilateral y aprende a adaptarse a la neurodiversidad.
Referencias científicas
Bargiela, S., Steward, R., & Mandy, W. (2016). The Experiences of Late-diagnosed Women with Autism Spectrum Conditions: An Investigation of the Female Autism Phenotype. Journal of Autism and Developmental Disorders, 46(10), 3281–3294.
Botha, M., & Frost, D. M. (2020). Extending the minority stress model to understand mental health problems experienced by autistic people. Society and Mental Health, 10(1), 20–34.
Crane, L., Pring, L., Jukes, K., & Goddard, L. (2010). Patterns of Autobiographical Memory in Adults with Autism Spectrum Disorder. Journal of Autism and Developmental Disorders, 40(4), 489–497.
Green, S. A., & Ben-Sasson, A. (2010). Anxiety disorders and sensory over-responsivity in children with autism spectrum disorders: Is there a causal relationship? Journal of Autism and Developmental Disorders, 40(12), 1495–1504.
Hull, L., Petrides, K. V., Allison, C., Smith, P., Baron-Cohen, S., Lai, M. C., & Mandy, W. (2017). "Putting on My Best Normal": Social Camouflaging in Adults with Autism Spectrum Conditions. Journal of Autism and Developmental Disorders, 47(8), 2519–2534.
Kerns, C. M., Rast, J. E., Harstad, E., Libsack, E., Orlich, F., Berl, M., … Maddox, B. B. (2022). Examining the Prevalence of Trauma and Posttraumatic Stress Disorder in Autistic Youth. Autism, 26(1), 117–128.
Kinnaird, E., Stewart, C., & Tchanturia, K. (2019). Investigating alexithymia in autism: A systematic review and meta-analysis. European Psychiatry, 55, 80–89.
Zablotsky, B., Bradshaw, C. P., Anderson, C. M., & Law, P. (2014). The Association Between Bullying and the Psychological Functioning of Children with Autism Spectrum Disorders. Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, 35(1), 1–9.
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