Autismo femenino y altas capacidades intelectuales: un perfil complejo e invisible
- Jesus Gomez Frye
- 16 may
- 4 Min. de lectura

El autismo es una condición neurodivergente que ha sido históricamente estudiada con un enfoque masculino, lo que ha llevado a una menor identificación en mujeres. En paralelo, la alta capacidad intelectual suele enmascarar las características del autismo, dando lugar a un perfil doblemente excepcional. Esta combinación plantea desafíos únicos en términos de diagnóstico, adaptación social y bienestar emocional.
¿Por qué el autismo en mujeres pasa desapercibido?
Las mujeres autistas tienen una mayor tendencia al camuflaje social, lo que significa que aprenden a imitar conductas neurotípicas para encajar en su entorno. Esta habilidad puede hacer que su autismo pase inadvertido, incluso por profesionales de la salud. Algunos factores clave incluyen:
Mayor desarrollo del lenguaje a edades tempranas, lo que evita que se les asocie con dificultades de comunicación típicas del autismo.
Intereses intensos más socialmente aceptados, como la literatura, la psicología o el arte, en lugar de temas más técnicos o estructurados.
Alta empatía emocional y sensibilidad extrema, lo que puede confundirse con ansiedad o hiperreactividad emocional.
Camuflaje en interacciones sociales, imitando gestos y respuestas de otros para parecer “normales” según los estándares neurotípicos.
Este camuflaje, aunque facilita la integración social, tiene un costo emocional alto: agotamiento, ansiedad y dificultades para establecer una identidad auténtica.
Altas capacidades intelectuales y autismo: una combinación compleja
La intersección entre el autismo y las altas capacidades intelectuales plantea desafíos únicos y, a la vez, fortalezas excepcionales. Este perfil, a menudo denominado doble excepcionalidad, no es ampliamente reconocido, lo que puede generar dificultades en el diagnóstico y la adaptación social. Las personas con altas capacidades intelectuales suelen presentar características como:
- Pensamiento lógico avanzado y creatividad
- Alta capacidad de aprendizaje y curiosidad intensa
- Perfeccionismo y necesidad de orden
Pensamiento lógico avanzado y creatividad
Las personas con altas capacidades intelectuales tienden a poseer un razonamiento lógico sobresaliente, lo que les permite analizar problemas con profundidad y rapidez. En el caso de las personas autistas con altas capacidades, esta habilidad puede amplificarse, llevando a:
Un estilo de pensamiento divergente, capaz de encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos.
Un enfoque intenso en intereses específicos, lo que les permite desarrollar un conocimiento profundo sobre determinados temas.
Dificultades en la flexibilidad cognitiva, ya que pueden sentirse frustradas cuando algo no sigue una lógica estructurada o esperada.
Al mismo tiempo, la creatividad en estos casos puede manifestarse de maneras no convencionales. Muchas de estas personas tienen una gran imaginación, pero pueden experimentar desafíos al comunicar sus ideas de manera clara y comprensible para los demás.
Alta capacidad de aprendizaje y curiosidad intensa
La sed de conocimiento es una característica clave de las personas con altas capacidades intelectuales. En el caso de individuos autistas, esta curiosidad se intensifica por su tendencia a hiperfocalizarse en ciertos temas. Esto puede llevar a:
Aprendizaje autodidacta, donde exploran contenidos por sí mismos sin necesidad de una enseñanza estructurada.
Dificultad en ambientes educativos tradicionales, ya que el ritmo convencional puede resultar lento o poco estimulante.
Preferencia por el aprendizaje profundo en lugar de la superficialidad, lo que los lleva a desarrollar un conocimiento extenso en áreas específicas.
Esta intensa curiosidad también puede generar ansiedad si no tienen acceso constante a información que los estimule. Pueden sentirse frustrados cuando su entorno no comparte su entusiasmo por los temas que les apasionan.
Perfeccionismo y necesidad de orden
El perfeccionismo en personas con altas capacidades intelectuales y autismo puede ser un arma de doble filo. Por un lado, impulsa la excelencia en el desempeño académico y profesional, pero por otro, puede generar niveles altos de autoexigencia. Algunas manifestaciones de este rasgo incluyen:
Búsqueda de la precisión extrema, lo que puede llevarlos a pasar mucho tiempo revisando detalles y buscando la perfección en cada tarea.
Sensación de insuficiencia, donde sienten que nunca alcanzan el nivel esperado, aunque objetivamente sean sobresalientes.
Dificultades para aceptar errores, lo que puede generar ansiedad e incluso evitar ciertas actividades por miedo al fracaso.
Necesidad de rutina y previsibilidad, ya que los cambios abruptos en su entorno pueden ser altamente estresantes.
Este perfeccionismo puede hacer que estas personas se autoimpongan estándares extremadamente altos, lo que los lleva a experimentar agotamiento mental y emocional.

En el caso de las mujeres autistas con altas capacidades, estos rasgos pueden potenciar tanto sus fortalezas como sus desafíos. Algunos efectos comunes de esta doble excepcionalidad son:
Desajuste emocional: La hiperactividad mental contrasta con la dificultad para gestionar emociones complejas.
Sensación de alienación: Muchas sienten que "no encajan" en entornos sociales, ni en comunidades de personas con altas capacidades ni en grupos autistas.
Perfeccionismo extremo: La constante búsqueda de la excelencia puede derivar en ansiedad y autoexigencia desmedida.
Intereses profundos pero solitarios: La pasión por ciertos temas los lleva a un disfrute intelectual intenso, pero que rara vez es compartido con otros.
A menudo, estas mujeres pueden pasar años sin ser diagnosticadas correctamente, ya que el alto coeficiente intelectual permite desarrollar estrategias de adaptación que ocultan las dificultades autistas.
El desafío del diagnóstico: por qué la doble excepcionalidad sigue siendo invisible
Uno de los principales problemas es que el modelo tradicional de diagnóstico de autismo está basado en estudios con hombres. En mujeres con altas capacidades, los signos pueden ser más sutiles y confundirse con otras condiciones, como ansiedad, depresión o trastornos de personalidad.
Para mejorar el diagnóstico y apoyo a estas mujeres, es necesario:
Adaptar las herramientas de evaluación para detectar camuflaje y entender las diferencias del autismo femenino.
Brindar un enfoque multidisciplinario que combine neuropsicología, psiquiatría y educación especializada.
Romper mitos sobre el autismo y entender que puede manifestarse de maneras diversas, más allá del modelo tradicional masculino.
Ofrecer espacios de apoyo emocional y psicológico para reducir la carga de adaptación social que estas mujeres enfrentan diariamente.
Conclusión: ¿Cómo construir una mejor comprensión y apoyo?
Las mujeres con autismo y altas capacidades intelectuales representan un perfil único que sigue siendo poco reconocido. Su capacidad de adaptación las hace invisibles ante diagnósticos médicos y sociales, pero esto no significa que sus desafíos sean menos significativos.
Es fundamental promover una mayor conciencia sobre esta doble excepcionalidad, mejorar los criterios diagnósticos y generar espacios donde puedan sentirse aceptadas sin necesidad de camuflarse. Reconocer su neurodivergencia es el primer paso para construir un mundo más inclusivo y comprensivo.



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